Justificación y motivaciones

La justificación de la corriente paniberista se basa, por un lado, en la afinidad sustancial entre las dos principales lenguas ibéricas, el español y el portugués, únicos dos grandes idiomas internacionales (grandes en términos cuantitativos) que son, al mismo tiempo y en líneas generales, recíprocamente comprensibles. Esta realidad hace que, en términos geopolíticos, geolíngüísticos y culturales, se pueda hablar de un gran espacio multinacional de países de lenguas ibéricas que abarca todos los continentes y que está compuesto por una treintena de países y más de 700 millones de personas. Se trata de la décima parte del planeta y del primer bloque lingüístico del mundo al aunar el español (segunda lengua de comunicación internacional, hablada por más de 500 millones) con el portugués (segunda lengua ibérica y latina, hablada por más de 200 millones de personas).

La plena articulación de un espacio multinacional de estas características daría, según los impulsores de esta propuesta, gran visibilidad e influencia a nivel internacional al conjunto de los países iberófonos, promovería la cooperación horizontal y triangular entre países de América, Europa, África y Asia, y contribuiría a equilibrar en términos geoculturales la preponderancia o hegemonía actuales del idioma inglés y de las cosmovisiones anglosajonas, en beneficio de la diversidad cultural y lingüística de toda la Comunidad Internacional.

La articulación de un espacio multinacional panibérico no supondría un menoscabo para los respectivos espacios existentes de países iberoamericanos y de países lusófonos —la Comunidad Iberoamericana de Naciones y la Comunidad de Países de Lengua Portuguesa—, sino que, según la perspectiva paniberista, estas Comunidades añadirían a sus actuales dinámicas una mayor presencia y proyección universal.